«Que sea mi vida mucha, o que sea poca,
importa poco; solo el que bien muere
puede decir que tiene larga vida.»
(Trato de Argel, Primera jornada)
Desdeñado en su tiempo, ensombrecido por la popularidad de Lope de Vega y castigado por la incomprensión de un público incapaz aún de percibir su originalidad e innovación, el teatro de Miguel de Cervantes se asemeja en muchos aspectos a su obra narrativa. Así, el uso del diálogo como medio conductor del relato, las situaciones cómicas, los personajes estrafalarios -en definitiva, los estandartes propios del universo cervantino- fluyen también a lo largo de sus ocho comedias, ocho entremeses y dos piezas sueltas.
El Príncipe de los Ingenios siempre habló del teatro como su gran vocación. La presente edición, al cuidado del catedrático y cervantista Florencio Sevilla Arroyo, reúne la totalidad de su producción dramática, a la que el paso del tiempo y el buen juicio que la distancia regala al lector han concedido el lugar que le corresponde.