Clemente se sirve de la cultura griega para demostrar que la verdad que desean alcanzar los filósofos paganos no está muy distante de la que han alcanzado los cristianos mediante la virtud de la fe. Con otras palabras: la fe constituye un sólido conocimiento, tan verdadero como el de las argumentaciones de los filósofos.
Clemente analiza en las primeras páginas del libro segundo de los Stromata las relaciones entre fe y gnosis, a la vez que manifiesta la necesidad de un Dios revelador y la disponibilidad humana a dicha revelación. De esta simbiosis divino-humana nace la fe, y con ella todo el cortejo de virtudes cristianas: penitencia, temor de Dios, lealtad, confianza, etc., incluso la gnosis misma. El estudio de estos valores del cristiano creyente constituye el otro gran argumento del Alejandrino y que tiene como objetivo final la identificación con Dios.
El contenido del tercero de los Stromata se desenvuelve en el ámbito de la moral matrimonial, con especial atención a la virtud de la continencia. ¿Es mala por naturaleza la sexualidad del ser humano? Clemente responde con argumentos teológicos, escriturísticos y filosóficos, a las doctrinas heréticas que defienden principios de rigorismo excesivo o laxismo moral en el ámbito de la sexualidad humana. El maestro Alejandrino, frente a los falsos representantes de la gnosis, se erige como abanderado de la doctrina verdadera sobre el matrimonio cristiano.
Este volumen pues, presenta los dos aspectos doctrinales más queridos de Clemente: el gnoseológico y el ético. Ambos caminos son imprescindibles para el hombre que desee acercarse un poco al que es la Verdad y la Vida.