St. Ives narra la huida, las aventuras y amores del soldado francés, y vizconde, Anne de Këroual de St. Ives, hecho prisionero en España por el ejército inglés durante las guerras napoleónicas, y trasladado a un campo de prisioneros en Edimburgo (Escocia), donde se enamorará de Flora, una hermosa escocesa pretendida por el director del campo, el mayor Chevenix.
Considerado uno de los más destacados creadores modernos de fábulas, en el fondo de las historias de Stevenson late siempre un pulso ético y estético formidable. Rebelde desde su primera juventud contra la religión de sus mayores y contra el sistema monárquico, ve en la victoria británica sobre las tropas napoleónicas en España la última oportunidad perdida para instaurar una república en las islas Británicas, por lo que no deben extrañar las simpatías de Stevenson hacia el héroe de esta novela.