En Bonn, una mañana de abril de 1983 aparece muerto de un disparo el profesor Frank Lightner, un teórico e ideólogo de la izquierda alemana y jefe de filas de los Verdes, a quien, sin embargo, algunos tachan de espía de la KGB. Richard Fisher, un agente del gobierno inglés afincado en aquella ciudad y que ejerce aparentemente de historiador y conferenciante, intenta averiguar qué y quién hay detrás de esa muerte. Su investigación le conduce hasta El Arado de Oro, una peligrosa estrategia política relacionada con el desarme, y en la que están involucrados los gobiernos de la Unión Soviética, Gran Bretaña, Alemania y Estados Unidos. Todo se complica cuando Fisher se enamora de Polina Mertz, una enigmática joven que parece poseer todas las claves de El Arado de Oro, y a quien alguien está dispuesto a asesinar.
El Arado de Oro es mucho más que una simple «novela de espías», pues, como todas las grandes novelas, desborda el género al que en principio podría ser adscrita. Encierra, además de una tragicómica historia de amor, una honda y melancólica reflexión sobre la historia y la cultura de un país condenado a vivir en la frontera de dos mundos ideológicos.