La crisis y caída de la Monarquía española en el período 1923-1931 introdujo un rápido y virulento proceso de radicalización en el ámbito de la derecha, que se tradujo en una ruptura más o menos abierta con la tradición liberal del conservadurismo y luego en la adopción de actitudes manifiestamente hostiles al reformismo republicano. Entre los que asumieron posiciones más radicales se encontraba el Partido Nacionalista Español. Su fundador, el médico valenciano José María Albiñaña, era un antiguo liberal que a partir de 1929 adoptó un discurso político propio de la extrema derecha tradicionalista. El partido, nutrido por miembros de la pequeña burguesía y del proletariado católico, adoptó tácticas de violencia política, un programa de extremado nacionalismo y un modelo organizativo ?milicia uniformada, saludo brazo en alto, culto al líder- que recogía influencias de las Ligas patrióticas francesas y del fascismo italiano. El PNE ejemplifica en su trayectoria los procesos que llevaron a la derecha española, en apenas un lustro, a plantear la ruptura civil como única salida de su proyecto político.