Helder Macedo aborda en esta inteligente novela uno de sus temas predilectos: el modo en que los portugueses viven su propia historia: «La principal víctima de Helder Macedo es la célebre identidad portuguesa» (Paulo Roberto Pires, Época). Y lo hace con un sarcasmo sutil, para así mejor revelar el dolor producido por un gran sueño que jamás llegó a hacerse realidad.