Bajo la apariencia de una de sus deliciosas comedias, estas conversaciones nos brindan la oportunidad de conocer al Wilde más auténtico; son las interesantes charlas que mantuvo con artistas de su época, como Whitman o Whistler, y con la flor y nata de la clase alta victoriana. A través de su propia voz sabremos lo que este lúcido escéptico opinaba sobre la política, el arte, la guerra o el clero, regalándonos reflexiones atemporales que, como su obra literaria, evidencian la dificultad de adecuar nuestras vidas a las exigencias de la sociedad.