En este libro se cuenta una historia de amor inexistente, la historia de una mirada entre dos personas («dos masculinos, dos falos», matiza Romera Plaza), que tiene lugar en la entrada del teatro La Abadía de Madrid. A su vez, Semen contra es «una historia de posesión», pues, «aunque pueda parecer que hay dos, hay un único protagonista», un sólo personaje que además de ser «él mismo» intenta también «ser el otro».