- Introducción al número: la evolución de la guerra de asedio, por Rubén Saez Abad Resulta muy complicado saber en qué momento histórico se produjo la aparición de las primeras máquinas de asedio en territorio mesopotámico, aunque probablemente sucediera de forma contemporánea a la aparición de las ciudades. Las primeras referencias escritas al empleo de ingenios de asedio las encontramos en los archivos de Mari, datados en el segundo milenio a. C.
- Las murallas de Constantinopla, por Hilario Gómez SaafigueroaÚltimo reducto de la defensa del Imperio, Constantinopla disfrutó durante siglos de la protección ofrecida por sus casi inexpugnables murallas, que solo pudieron ser superadas en 1204 por los caballeros de la IV Cruzada y en 1453 por los turcos.
- Septimio Severo y el asedio de Bizancio de 193-195, por Julio Rodríguez González Tras casi un siglo de estabilidad política en Roma, el último día del año 192 d. C. iba a mar-car el comienzo de un turbulento período político-militar en el Imperio romano que, a su vez, daría paso a un agitado siglo III. El día mencionado, el emperador Cómodo (180-192) era asesinado por una conspiración dirigida por el jefe de la Guardia Pretoriana, el prefecto del pretorio Quinto Emilio Leto, y la amante del emperador, Marcia.
- Barbari ad portas: El sitio ávaro-sasánida del 626, por Aitor Fernández Delgado Constantinopla, verano del año 626. Una terrible tenaza se cierne sobre la capital del Imperio. Mientras los persas sasánidas avanzan desde el este, por el oeste se aproxima una ingente confederación de bárbaros a cuya cabeza se encuentran los ávaros. La supervivencia del Imperio se haya seriamente comprometida. Heraclio está inmerso en una crucial campaña en el frente oriental, por lo que la ciudad debe ingeniárselas para hacer frente a la amenaza sin su emperador.
- El primer ataque árabe contra Constantinopla: 668-678Tras derrotar en el año 628 d. C. a su enemigo histórico, la Persia sasánida, el exhausto Imperio romano de Oriente no pudo hacer frente a la embestida de un nuevo antagonista destinado a cambiar la historia del mundo: el Islam. Perdidas sus provincias orientales, hostigado por los árabes en Anatolia y por los eslavos en los Balcanes, el Imperio se jugó su futuro en el último tercio del siglo VII d.c. a las mismas puertas de su capital, Constantinopla.
- La población civil en los sitios, por José Manuel Rodriguez García, profesor de Historia Medieval, UNED No hay guerra donde la población civil no sea una de sus primeras víctimas. Esto es especialmente cierto en el tipo de guerra de desgaste y asedio que se practicaba en la época medieval. El problema viene, sin embargo, cuando empezamos a investigar y descubrimos que esa población civil, en el medioevo, no era tan civil como podíamos suponer en un principio.
- Los asedios de Constantinopla 1203-1204, por Francisco García Fitz, profesor de Historia Medieval, Universidad de Extremadura Nunca hubo un crimen mayor contra la humanidad que la Cuarta Cruzada. No sólo causó la destrucción o dispersión de todos los tesoros del pasado que Bizancio había almacenado devotamente, y la herida mortal de una civilización activa y aún grandiosa, sino que constituyó también un acto de gigantesca locura política. En el amplio alcance de la historia mundial, los resultados fueron totalmente desastrosos S. Runciman, Historia de las cruzadas, pp.715-716.
- 1453: la caída de Constantinopla, por Feridun Emecen, profesor de la Istanbul Üniversitesi, TurquíaConstantinopla, fundada por Constantino I sobre la pequeña ciudad griega de Bizancio, tuvo el glorioso título de primera capital de un imperio cristiano. Para los gobernantes islámicos, la ciudad constituía fundamentalmente un objetivo militar que debía ser capturado, aunque rodeado de un halo de espiritualidad. Para las comunidades musulmanas, la conquista de Constantinopla era una obligación sagrada que acometer a toda costa. Más aún, la conquista de la ciudad había sido predicha por Mahoma, anuncio que despertó en muchos soberanos musulmanes el deseo de cumplir la profecía.
Reseñas de libros, miniaturas y juegos.
Y además, introduciendo el nº 5: La campaña de Pompeyo contra los piratas, por Carlos Javier Pacheco López El origen de la piratería marítima se pierde en la noche de los tiempos. Posiblemente sea tan antiguo como el de la navegación. No obstante desde la primera mitad del s. II a.C. se sucedieron una serie de circunstancias que favorecerían su desarrollo y expansión. Su poder y organización crecerían hasta tal punto que Roma tendría que realizar un esfuerzo militar titánico para combatirla. Conozcamos y analicemos los hechos.