- La revolución militar asiria, por Davide Nadali, Universitá di Parma El establecimiento y mantenimiento de la máquina de guerra asiria, con su potente eficacia, puede en cierto modo definirse como una revolución, si la comparamos con los ejércitos de reinos anteriores o incluso contemporáneos. Desde el siglo VIII a. C., el ejército asirio no se basará sólo en un reclutamiento nacional, sino que también enrolará soldados extranjeros, particularmente especialistas en la doma de caballos, la conducción de carros o el empleo de determinadas armas como la honda.
- Del carro a la caballería, por Fernando Quesada, Universidad Autónoma de Madrid La sustitución del carro de guerra por la caballería en el Próximo Oriente en apariencia no plantea demasiados problemas; incluso se antoja evidente. Más flexible y eficaz como arma de guerra, y más económica, la caballería estaba destinada a triunfar una vez que se criaron razas de caballo más grandes y resistentes, de modo que en Asiria, durante los reinados de Tukulti-Ninurta II (890-884 a. C.) y, sobre todo, de Assurnasirpal II (884-859 a. C.), surgió una caballería destinada a desplazar a los carros, ahora obsoletos, como reina de los campos de batalla.
- La guerra de asedio en Mesopotamia, por Jordi Vidal, Universitat Autònoma de Barcelona Si hubo un tipo de enfrentamiento armado típico de las civilizaciones mesopotámicas, sin lugar a dudas ése fue la guerra de asedio. A diferencia del mundo greco-romano, donde las batallas campales decisivas fueron frecuentes, las civilizaciones del Próximo Oriente desde siempre se decantaron, de forma mayoritaria, por la conquista de ciudades.
- La batalla del río Ulaya, por Joaquín Córdoba Zoilo, Universidad Autónoma de Madrid El año 655 a. C., junto a las orillas del río Ulaya/Ulaia, el ejército asirio del rey Assurbanipal (668-627 a. C.) libró una singular batalla contra las fuerzas elamitas de quien se postulaba entonces como su rey, Tepti-Huban-Inuinak, más conocido quizás por el nombre con el que le citan los anales asirios: Te-Umman o Teuman.
- Deportaciones en el Imperio neoasirio, por Rosalía Hernández La política del Imperio neo-asirio tendría como uno de sus pilares básicos la deportación masiva de miles de personas de una parte a otra del Imperio. Esta práctica, aunque no fue una novedad en su tiempo, tendría enormes consecuencias en todos los ámbitos de la política imperial y será incluso uno de los factores de su caída.
- Dajjâlu: los servicios de inteligencia asirios, por Fernando Espejel y Cristina López Regueiro Asiria fue uno de los reinos más potentes durante siglos y no fue gracias al azar, sino que mucho tuvo que ver su gran poderío militar. La estrategia y las tácticas militares tuvieron gran relevancia, pero no menos decisivo fue el espionaje que, por ejemplo, desempeñó un papel fundamental en la campaña de Sargón II contra Urartu.
- La caída del Imperio neoasrio, por Carmen del Cerro, Universidad Autónoma de Madrid La crónica del rey babilónico Nabopolasar es prácticamente el único documento contemporáneo que nos permite rastrear el fin del Imperio asirio. Gracias a ella sabemos que en 614 a. C. el mundo asirio estaba al borde el abismo; la milenaria ciudad de Aur estaba siendo atacada por el ejército medo y con el ataque caía la primera de las capitales asirias y la más sagrada, mientras que "un gran pueblo" (el asirio) iniciaba su descenso en la Historia del Próximo Oriente Antiguo.
- Ciro el Grande y el primer ejército aqueménida, por Nick Sekunda, Institute of Archaeology and Ethnology, Torun La sociedad persa comenzó a emplear la escritura en un momento posterior de su evolución, por lo que las primeras etapas del Imperio son, más que historia, un conjunto de leyendas, a menudo contradictorias. Como dice Heródoto (I.96): "Referiré las cosas con arreglo a cómo las cuentan algunos persas [.] pese a que, sobre la historia de Ciro, podría dar a conocer también tres versiones diferentes". Sin embargo, ha sobrevivido suficiente documentación cómo para bosquejar un perfil de la vida de este líder sobresaliente y del ejército persa que dirigió en su desarrollo más temprano.
Reseñas de libros, miniaturas y juegos.
Y además, introduciendo el nº 11: Las guerras danubianas de Marco Aurelio, por Julio Rodriguez El 7 de marzo de 161 d. C., cuando los hermanos adoptivos y co-emperadores Marco Aurelio y Lucio Vero (casado éste, además, con Lucila, hija de Marco) llegaron al trono, el Danubio delimitaba la mayor parte de la frontera norte del Imperio romano desde hacía 173 años. En efecto, entre 14 y 9 a. C., las tierras danubianas de lo que entonces era el Illyricum Superius (posteriormente Pannonia) habían sido anexionadas por las campañas de Agripa, general y yerno del emperador Augusto, y de Tiberio, hijastro y posterior yerno y sucesor del emperador. Los territorios de Raetia y Noricum, en el alto Danubio, eran posesión romana desde 15 a. C. por obra de Tiberio y su hermano Druso, y las del bajo Danubio desde las campañas del procónsul de Macedonia Licinio Craso en 29 a. C.