«Después de bailar y comer se iban a la mar a nadar, y ellas mejor que ellos, y todos juntos se regocijaban y de allí se venía cada cual a recoger a sus moradas: Linda vida si no se los llevara el Diablo: Hubo en ellos grandiosos nadadores que aventajaba el menor a el mejor español, porque presumían ser buzos de debajo del agua».