«Una vida no es suficiente para amar, lo sé. Pero por qué no aprovechar la que tengo en las manos. He cogido aire, le he mirado, me he agarrado segura a su mano derecha y cuando he sentido que me apretaba fuerte para hacerme sentir que él estaba allí, yo he sido ahora la que le he dicho:
Je taime».