Poeta de una poderosa invención, aparentemente desarraigado de la sociedad de su época, en realidad es un intérprete lucidísimo de su tiempo. Mientras en Europa, gracias a Baudelaire y Mallarmé que le admiraban profundamente, nacía el mito de Poe como poeta maldito con rasgos románticos o como simbolista, en América estaba considerado como un poeta descarriado. Desde los estudios que T. S. Eliot dedicó a su obra, ésta quedó situada en un lugar de honor de la poesía americana.