En el imperio chino la poesía siempre ha sido un arte muy extendido por todas las clases sociales. Muchos de sus más grandes poetas provenían de los estractos más humildes, e incluso marginados. Durante siglos las matronas de los burdeles contrataban a jóvenes a las que aleccionaban enseñándolas canto, baile, poesía, etc., para captar mejor clientela. Si la vida personal de estas poetas fue maltratada por el destino, la obra literaria de algunas de ellas, tanto poética, como caligráfica o pictórica ha sido motivo de admiración y estudio. Sus principales temas son el amor y el desamor, la injusticia social, pero también la amistad, la nostalgia, la exaltación de la naturaleza y, como no, la discriminación, la desgracia que las cerca y el desprecio que sufren.