Argumento de Los Mares Detenidos
El mar, ya sea una extensión de verdad azul o un inmóvil velo de añoranza, huele a amigo siempre que aparece ante mí; huele a amigo porque cada vez que digo mar, piélago o espuma es Carlos Álvarez-Ude quien se presenta a mi lado, quien me abraza con su osamenta de gigante noble, de sabio insobornable y discreto, de compañero por los siglos, las leguas o los años sin importar que el tiempo nos distancie después, nos aparte por antojo o por destino...Siempre vuelve a mí y siempre voy a él, a su palabra escrita con luz de tarde, de domingo, de paseo hasta la madrugada.0