Argumento de Picasso : el Rey de los Burdeles
Sin duda, el burdel infunde no solo deseos turbulentos sino un pánico casi innombrable. Los ojos, prestos para la caza, de las prostitutas aterrorizan al neófito, aunque con propiedad nadie puede alardear de sentirse en ese ámbito como en casa. Picasso conocía de sobra la inmensa tensión que vive el hombre en la casa de citas, cuando comprueba que su \"cacería sexual\", a la manera de Acteón, le convierte a él mismo en pieza, cuerpo frágil que puede ser facilmente despedazado. El desnudo obsceno de las llamadas \"casas de tolerancia\", esos coños abiertos de par en par como simas que succionan y entierran al que se atreve a mirar, obliga al artista a retroceder, a salir en busca de la calle, del anonimato protector. Acaso el artista malagueño pensaba que él era el único (pintor) capaz de aguantar el temblor de la tierra de las putas, contemplando, con los ojos descomunalmente abiertos, cuerpos que mas que el placer parecían prometer la muerte.
FERNANDO CASTRO FLÓREZ es profesor de Estetica y Teoria de las artes en la Universidad Autónoma de Mdrid. Crítico de arte y comisario de exposiciones, ha escrito entre otros, los libros: \"el texto intimo. Rilke, Kafka, Pessoa (1993), Escaramuzas. El arte en el tiempo de la demolición (2003), Fasten Seat Belt. Cuaderno de campo de un critico de arte (2004) o Sainete y otros desafueros del arte contemporaneo (2007).\"0