La educación de las personas mayores debe tener fuertes implicaciones para el resto de la sociedad, pues, entre otras cosas, supone redefinir sus objetivos y estructuras para adecuarlos a la filosofía de educación permanente. Esto permitirá a nuestros mayores conservar su salud mental, enriquecer su bagaje cultural y dar rienda suelta a su creatividad. Y todo ello les llevará a sentirse partícipes de la construcción diaria de su comunidad