Siempre habrá alguien que al morir deje bienes y siempre alguien que pase a ostentar aquellas titularidades del difunto. Si eso es así, siempre habrá que pagar a los acreedores antes de recibir la herencia. La idea de la propiedad está íntimamente ligada a la herencia, ambas con una inexcusable función social y si queda constitucionalmente garantizada la propiedad, que es tanto como reconocer una nota esencial de la libertad, el derecho sucesorio, adaptándose eso sí a las nuevas realidades de la familia y de la sociedad, seguirá ocupando una posición de primera categoría entre todas las instituciones del Derecho privado. Ello permite decir que, pese a tantos cambios sociales, sigue siendo válido el juicio de TOCQUEVILLE que identifica la historia de esta parte del Derecho civil con la historia de la civilización de los pueblos.