Aquella pasión era más exquisita que el perfume más embriagador... Leon Stapinopolous nunca había conocido la derrota en la junta directiva... ¡ni en el dormitorio! La adquisición de una de las casas de perfumes más antiguas de Francia iba a suponer otro triunfo en su larga carrera de éxitos como empresario, y quería que la asombrosa diseñadora de perfumes Sadie Roberts estuviera incluida en el trato. Mientras Leon se empeñaba en obtener lo que había pagado con su dinero, Sadie quería dejarle bien claro que nunca podría poseerla a ella. Pero aquel hombre la afectaba más que la más embriagadora de las fragancias, y a pesar de saber que sólo podía salir perdiendo, no pudo evitar dejarse llevar por la pasión...