Argumento de Ojos del Cordero
Esta narración tiene todos los componentes de los grandes libros: nos habla del destino de un país y de una región a través de una historia conmovedora. Mientras el pintor francés Bernard Dassin cobija en su casa a una frustrada terrorista suicida, hermana del joven que le sirve como modelo, será cuando se aperciba de que Marrakech ya no se parece a la ciudad que lo acogió hace tantos años. El radicalismo se ha apoderado de los espacios míticos de otro tiempo, ya no hay lugar para las vidas románticas bañadas en alcohol ni para las interminables noches de cielo estrellado. A lo largo de varios días de sudor y angustia, de baños árabes y paseos por la medina, Judith, una amiga de Dassin; Alain, un joven becario que investiga para escribir una tesis sobre el pintor; y Michel Estardy, el marchante alarmado por la baja producción de su representado, tratarán de desentrañar una realidad cada vez más hostil. La historia nos habla pues, de un futuro lleno de incertidumbres. En esta novela aparecen los temas recurrentes del autor: la amistad, el amor, la fatalidad del destino con el que a veces parece aliarse el azar, así como lo iniciático del viaje y la presencia de la Montaña. Es la fragilidad del ser humano en un territorio que no es el suyo.1