Apocalipsis, la primera palabra con la que comienza la obra atribuida a Juan, significa «desvelamiento, revelación». Mientras que actualmente se dice que las más grandes catástrofes son «apocalípticas», los libros apocalípticos de la Biblia (Daniel y el Apocalipsis, y otros muchos escritos intertestamentarios) contienen una certeza cargada de esperanza. Las situaciones destructivas no tendrán la última palabra, no siempre será igual. Llega un tiempo nuevo en el que se derrota a las potencias actualmente dominantes. El presente y el futuro se presentan con cifras e imágenes que se han actualizado según determinados intereses a lo largo de la historia de la interpretación. Sin embargo, la apocalíptica no es ninguna hoja de ruta de la historia del mundo, sino la expresión de la esperanza radical de que no solo existe lo que parece existir.