Aunque en Nietzsche no hay una doctrina política en sentido estricto, su pensamiento tiene sin duda una dimensión política. Desde la segunda Consideración intempestiva sobre la historia, Nietzsche se muestra interesado en tomar distancia frente a la situación de su tiempo. Además, en el mismo concepto de «voluntad de poder», sociedad, ética, mundo físico y político están estrechamente conectados. El concepto de «gran política » tiene un papel central, aunque tenga primariamente una connotación moral. En general, podemos decir que el sentido político de la filosofía de Nietzsche deriva siempre de sus ideas morales. Considera que su destino personal se corresponde con el destino de Europa. En sus últimas obras trabaja con el concepto de «aristocrático», que tiene que ser entendido como una aristocracia del espíritu, en vez de social o política.