Una nueva visión de las luchas por la independencia en América.
La experiencia de la libertad moderna está unida a los procesos revolucionarios que se produjeron en el continente americano entre la independencia de Estados Unidos y la culminación de las emancipaciones hispanoamericanas y de Brasil, con la excepción de Cuba y Puerto Rico, en 1825. Este libro recupera la historia de aquellas revoluciones tal y como sucedieron, a través de las acciones de sus grandes protagonistas, junto a las de aquellos que los relatos de nación han tendido a dejar de lado, blancos de orilla, mulatos, esclavos e indios. Aborda en sus diferentes capítulos aspectos tan novedosos como la organización de las juntas autonomistas, la aparición de profesionales revolucionarios, el uso del terror o los límites del poder y la democracia.
También muestra que la verdadera naturaleza de las independencias latinoamericanas obedece a la interacción en el mundo atlántico entre lo europeo y lo americano, al margen de explicaciones deterministas posteriores.
Elegido uno de los mejores libros de 2009 por The Times Literary Supplement.
Reseña:
«Sencillamente, el mejor trabajo sobre el tema.»
Felipe Fernández-Armesto, historiador y profesor de Notre Dame University