El índice de Múltiples moradas bastaría ya para seducir tanto al lector curioso como al especialista, pues por sus páginas no sólo desfilan los grandes nombres y las tendencias o estilos de la literatura universal, sino que la mirada crítica del autor es capaz de iluminar territorios específicos de las humanidades: el dolor del exilio en la literatura, el surgimiento de la noción pictórica del paisaje, la idea de la obscenidad en el erotismo clásico, la evolución del género epistolar, el nacimiento de los nacionalismos literarios. . .
«Lo que me ocupa es la historia literaria, lo que me preocupa es la forma de pensarla», escribe, en efecto, Guillén en el prólogo. «Creo que esta forma, lo repito, es una experiencia común, errante, vagabunda, compartida con muchos, desarrollada en varios campos por los historiadores, críticos investigadores, no todos contemporáneos, que más admiro y a los que todo debo.»