Argumento de Morgana en Duino
Esta novela plantea, ante todo, un juego de espejos, o, si hacemos caso a la insistencia de su narrador, un tratado sobre los espejismos. Los sueños, los recuerdos y los deseos se confunden y se entretejen en esta larga carta que desde la noche en una habitación de hotel en Trieste nos lleva a explorar muchos territorios: el país del pasado, el paisaje bellísimo y, por eso mismo, terrible de Duino y de los acantilados de la bahía y también esa ciudad en la que nos convertimos cuanto dormimos. En el Castillo de Duino recibió Rilke de la boca del ángel el primer verso de las Elegías. Es allí donde, tal vez, nos espera Morgana que es y no es, que está y no está en la niebla, ahí, en el horizonte, justo donde el mar se confunde con el cielo.0