Nací en una familia de ocho hermanos, de los cuales yo era el mayor de los chicos. Mi padre tenía dos mujeres, ambas rivales en belleza. Yo era hijo de la favorita, la más joven. Tenía dos hermanas nacidas de mi madrastra, y seis hermanos del mismo padre y madre: dos niñas poco mayores que yo, y dos pequeñitas, más el bebé, niño. Mi madre se llamaba Bolenga. Era una mujer de cierta tallla (mejor sería calificarla de esbelta), sus ojos verdeazulados, brilantes, profundos. Muy sencilla, de pocas palabras sin ser taciturna y bondadosa, muy bondadosa.
¿Sabes? Me dijeron que te comunicara la muerte de tu vieja, en el supuesto de que te viera por estos mundos de Dios. Y, mira por dónde, coincidimos en el trullo. Me quedé sin habla, los ojos se me velaron de lágrimas. Él me miró extrañado y dolido.
Perdona, chico. Solo me dijeron que le dio una mañana un ataque cardíaco.
PVP (En papel)