Pero no siempre los ojos de la poeta miran el mar. En otras ocasiones, sus aguas son el ancho espejo en el que se dibuja el paisaje de la "Isla bonita". La visión de La Palma aparece constantemente en su obra como lugar sagrado dentro del cual se van a desarrollar gran parte de las experiencias vitales del sujeto lírico. Sus paisajes de inusitada variedad están poblados de bosques de tilos y eucaliptos, de medianías plataneras, de rutas de lava, de llanuras arcillosas. Y junto a todo ello, acantilados abruptos y mansas calas. Todo salpicado de mangos, tebaidas, dragos , tunos y brezos:
...Y recuerdo el olor.
Recordó las tarjeas al borde del cantero,
las plataneras,
el hinojo y los tunos al filo de la veta,
las lágrimas de azúcar comiéndose los higos
escondida en los bardos,
y el café desgranado dentro de la alacena.