Metro-Goldwyn-Mayer entró en la historia del cine en 1924 cuando Metro Pictures se fusionó con Goldwyn Pictures y Louis B. Mayer Productions. Al crear algunas de las películas más queridas de todos los tiempos (Lo que el viento se llevó, El mago de Oz), MGM llevó a la pantalla a estrellas cuya tempestuosidad y vitalidad marcaría las tendencias para los años venideros (Greta Garbo, Jean Harlow, Elizabeth Taylor, Gene Kelly). Con la unión de Joan Crawford y Clark Gable o Spencer Tracy y Katharine Hepburn, nacieron parejas de las que el público se enamoró una y otra vez. Con series como La cena de los acusados, Andy Hardy y Tarzán, los fans esperaban ansiosamente la nueva aventura de sus personajes favoritos. Niños y adultos disfrutaban por igual con los cortos cómicos que precedían a cada película (La pandilla, El gordo y el flaco), así como con los cartoons animados de Tom y Jerry. Al explorar todos los aspectos del género del entretenimiento, MGM produjo algunos de los mejores musicales de la historia (Un americano en París, Cantando bajo la lluvia), los más emotivos romances (El puente de Waterloo, Margarita Gautier, El reloj), y los espectáculos más ambiciosos que el público ha visto nunca (Ben-Hur, María Antonieta, San Francisco, The Good Earth). Tan grande era la influencia de MGM que monopolizó las revistas de cine, afectó a la moda y a la decoración de interiores en todo el mundo, y creó tendencias en maquillaje y peluquería. Este prolífico estudio hizo más de mil películas antes de que el anticuado sistema de contratos, que había sostenido su increíble productividad, llegase a su fin en 1959.