Argumento de Merindad de Olite. Ix. Documentos Medievales Artajoneses (1070-1312)
«La presencia de los canónigos de Saint-Sernin de Toulouse en Artajona imprimió un cambio radical en la configuración del poblado y de sus habitantes. [...] Las consecuencias inmediatas fueron la aceleración del proceso repoblador de la villa y el crecimiento demográfico de su población, la roturación y explotación de nuevas tierras incultas, la promoción urbanística de Artajona en dos núcleos: el del Cerco murado y el extramural, conocido, al menos desde el siglo XV hasta nuestros días, con el nombre de Rabal, la construcción de las torres de la fortaleza, la edificación de una primera iglesia en el Cerco fortificado, dedicada a San Saturnino, sustituida por la actual a fines del siglo XIII, y la dotación al mismo tiempo de la iglesia de San Pedro en el barrio de extramuros, además de la institución del cabildo clerical. Este fenómeno evolutivo exigió una nueva organización eclesiástica y civil de la villa.
Resultado de este proceso sociológico fue la elevación del nivel económico, social y cultural que conoció Artajona ya en el siglo XII, junto con una expansión económica jamás conocida hasta entonces.
Como testigo bien elocuente del papel de la Artajona medieval en la política del reino de Navarra, en la economía, el arte y la religión, quedan las piedras de su Cerco amurallado rodeando la iglesia-fortaleza de San Saturnino, la iglesia de San Pedro, modernizada en el siglo XIX, y todo el contenido de la documentación que hoy presentamos».1