He aquí el ensayo de un jesuita de 75 años que buceando en su interior hacia esa realidad última, interior intimo meo en palabras de San Agustín, escribe sus «Memorias sobre Dios».
«Vale la pena intentar, en este momento final de mi vida, plasmar una especie de esbozo de mi actual concepción de Dios, después de tres cuartos de siglo de tantas otras intentonas pasadas. Seguro que, cuando me llegue la hora de traspasar el telón de tiempo, comprobaré por experiencia lo que ya ahora sé, que esa mi actual concepción de Dios dista infinitamente de la Verdad. Con todo, repito, vale la pena».