En un reino oscuro y sin leyes, un gobernante ha de ser valiente para controlar las calles y a la gente despiadada que las habita. Race Hartman era lo suficientemente atrevido, lo suficientemente listo y estaba lo suficientemente perdido para llevar la corona. Los lugares como La Punta siempre tendrían cosas malas y gente mala, pero el hombre al frente de toda esa maldad podría minimizar la devastación.
Race tenía un plan, pero ¿podría evitar la destrucción total sin destruirse a sí mismo? Brysen Carter siempre había visto al hermano de su mejor amiga como lo que realmente era: demasiado guapo, demasiado embaucador y demasiado peligroso como para acercarse. Dejarse arrastrar por el brillo deslumbrante de Race resultaba muy tentador, pero Brysen sabía que al final acabaría quemándose.