Hay días en que ciertas decisiones se imponen sin pedir permiso: Tracy Waterhouse, una mujer de mediana edad con unos kilos de mas y muchas ilusiones de menos, paseaba distraida por un centro comercial de la ciudad de Leeds, intentando decidir que galletas comprar para dar un poco de color a su cena solitaria, cuando vio a una niña corriendo, arrastrada de la mano de una prostituta conocida en el barrio. De repente, Tracy supo que comprarla algo mas que galletas: al poco rato, la niña estaba en su coche y desde entonces la vida ha sido para ella un ir y venir de emociones desconocidas.
Tracy confiaba en que nadie sera testigo de ese extraño negocio, pero Jackson Brodie, recien llegado a Inglaterra para resolver un caso de falsa identidad, entra en escena: sus dotes de gran investigador y de hombre deliciosamente imperfecto van a convertir una trama policial en una historia donde las cuestiones morales son las que importan.
Con esta cuarta entrega que tiene como protagonista al detective Jackon Brodie, Kate Atkinson se revela una vez mas como la esplendida heredera de una tradición que tiene en sus filas a mujeres de la talla de Patricia Highsmith y P.D. James.