Los borradores de mi escrito salieron de la Prisión de Burgos por tres procedimientos : En primer lugar, escritas en caracteres griegos y árabes, a guisa de ejercicios de las clases que de una y otra lengua nos dieron ciertos hermanos masones competentes que conmigo compartían el cautiverio.
En segundo lugar, transportadas en el fondo de mi valija que, por la confianza depositada en mi por los oficiales de la prisión, apenas me revisaron al salir en libertad.
Y en tercer lugar, en manos de las monjas de la prisión que decididamente se pusieron de nuestra parte, trayendo y llevando del penal a Burgos y viceversa, cartas, periódicos, paquetes y medicamentos; y entre cuyas hermanas destacaba Sor Canela a quien llamábamos así por su extraordinaria belleza, y que, cuando se lo decíamos, bajaba los ojos y se sonreía castamente, pues a toda mujer, por muy monja que sea, le gusta que la piropeen.
Dr. Eduardo Alfonso
Eduardo Alfonso nace en Madrid el 29 de noviembre de 1896. Estudió Medicina en la Facultd de San Carlos de Madrid, teniendo como maestros a Ramón y Cajal y a Rafael Forns.
En el año 1919, tras haber terminado el Doctorado ingresó en la Masonería apadrinado por D. Mario Roso de Luna, que fue su maestro ejemplo, y por el Venerable Maestro Dr. D. Casiano Ruiz Ibarra.
En 1942, es procesado y condenado por pertenecer a la masonería, permaneciendo tres años en la cárcel, que aprovecharía para escribir: 40 lecciones de Medicina Natural y La masonería española en presidio. Aprovechó de esta forma su tiempo y dando muestras de un gran sentido del humor, agradeció su incorporación a la mejor universidad europea del momento, la cárcel de Burgos, donde se reunían los mejores catedráticos españoles y centenares de personas cultas.
En el año 1948, después de haber salido de la cárcel de Burgos, huyó de la España franquista hacia Chile y Argentina. Recorrió América de Sur a Norte, dando charlas y conferencias, durante 19 años y dio clases de Biología en la Universidad de Río Piedras y en el Puerto Rico Junior College, donde conoció a personajes del exilio como: Pablo Casals, Juan Ramón Jiménez, Ortega y Gasset, Gregorio Marañón, Ramón Menéndez Pidal, Gustavo Pittaluga, Ramón Gómez de la Serna, Claudio Sánchez Albornoz y un largo etc. que huyeron de la dictadura de Franco.
Regresó a España en 1966, después de jubilarse y con la nacionalidad norteamericana, donde mantuvo su profesión de médico y su consulta abierta en Madrid hasta el año 1991 en que murió a la edad de 95 años. Durante su vida como médico en 66 años de ejercicio profesional, pasó consulta a 11.325 enfermos. Escribió más de una docena de libros sobre temas tan diversos como la música, la medicina, Egipto, las religiones del mundo, embriología, etc... que nos dan una idea de su gran cultura y amplitud de miras, como no se podía esperar de una persona con su formación.