Mientras que Graham espera a que las cosas se calmen con el tiempo, Stephen no puede evitar una atracción confusa y ambigüa por Richard. Los hechos se precipitan y cada uno de los protagonistas tendrá que tomar una decisión que afectará a las vidas de los otros. Un triángulo amoroso reflejado de forma magistral y entretenida gracias al buen estilo de Mike Seabrook.