Por encima de la gastada y aburrida etiqueta de «maldito», la importancia de la obra de Artaud no ha hecho sino crecer desde su muerte. Así, planteamientos como el ?cuerpo sin órganos? o sus ideas sobre el ?teatro del crueldad? han ido poco a poco calando en el pensamiento crítico occidental hasta convertirse en elementos de primer orden, como lo demuestran las obras de Foucault, Derrida y Deleuze. En Los tarahumara, Artaud dejó algunas de las más bellas formulaciones de sus ideas, expuestas con una claridad a la que más tarde, cuando se internase en los territorios más oscuros de su pensamiento, no volvería a recurrir.