Sin ninguna concesión, la investigación del periodista Esteban David Rodríguez desentraña la red de influencias y nepotismo que he permitido que unas cuantas familias, desde sus diputaciones y senadurías, controlen las comisiones que regulan el marco legal y las asignaciones presupuestales de sectores estratégicos, anteponiendo las necesidades de los grandes consorcios televisivos, radiofónicos, de telecomunicaciones y de construcción de vivienda (entre otros); a la discusión de los temas pendientes en la agenda nacional. Si nuestras instituciones han hecho de la re¬presentación pública una mercancía y han permitido la presencia de dinastías con más de medio siglo de legislaturas acumuladas es prioritario, propone el autor, revisar quiénes son los dueños del Congreso.