Los 12 apóstoles del fútbol, bienaventurados mensajeros de la palabra campeón, difundieron la doctrina de sus ?redondas? hazañas en los sagrados templos domingueros. Gozosos, los feligreses de la rabona y el taco evocan -gambeteando los designios del insensible calendario- la blanca prelatura del obispo de la excelencia, Alfredo Di Stéfano; el aura tanguera del balilla de Milano, Giuseppe Meazza; la gallega sabiduría del arquitecto del fútbol, Luis Suárez; la voracidad africana del colono del gol, Eusebio; el inmortal heroísmo del épico caudillo charrúa, Obdulio Varela; las teutonas y estéticas homilías del líbero por antonomasia, Franz Beckenbauer; el indomable espíritu libertino y autodestructivo del jugador del pueblo, Garrincha; el revolucionario legado tulipán del gurú del Camp Nou, Johan Cruyff; la insuperable alcurnia matadora de la voz del gol de la France, Just Fontaine; el enviado de D10S, Diego Maradona; la señorial distinción del crack de la corona, Sir Bobby Charlton, y la millar estela anotadora del célebre hijo de Dondinho, Pelé. Hermanados por inéditas historias de vida, los admirados jugadores-apóstoles invitan a la grey de la pelota a compartir la liturgia del presente ensayo. Pecado capital contrariar su divina voluntad.