Joan Santacana (1948), arqueólogo y especialista en museografía y patrimonio, utiliza estas herramientas y parte de nuevas investigaciones sobre el terreno ocultado por la gran revolución culinaria que supuso la aparición de la cultura latino-mediterránea, de la mano de Roma y de su imperio: comprobaremos en estas páginas, abundantemente ilustradas, que la cocina de los diversos pueblos íberos y celtíberos era mucho más elaborada de lo que cabría imaginar, que estaba basada en la cocción y utilizaba muy pocos elementos crudos.
Junto con el cocinero Joan Durán, se plantea en esta obra, además, una más que plausible reconstrucción de algunos de los posibles platos prerromanos (el fufu, los pastelones de carne, las carrilleras, el cordero al horno, la sopa negra, los pescados rellenos o la que sería la salsa estrella romana, el garum), que podían ser usuales tanto en el consumo doméstico como en el de las grandes celebraciones.