Un hombre comienza su día con un hábito común, la visita al banco. Un pasatiempo suyo que para nosotros es muy normal, pero para él, es ir al psicólogo de a gratis. La cita es diferente a las demás, ya que ese día, además de ser su quincuagésimo aniversario de matrimonio, su esposa le ha confesado que lo ha estado engañando desde hacía décadas. Desesperado, busca ayuda con sus amigos, Carlos y Leonardo, que lo convencen de ir a un prostíbulo, en donde encuentra de nuevo el amor en una prostituta, a quien le triplica la edad. Por primera vez, este hombre, cerca de sus setentas, con una prominente calvicie, una mirada desgastada y una autoestima por los suelos, encuentra el amor, al mismo tiempo que, con cada paso que da, se va acercando al filo de la muerte; una muerte anunciada desde el principio de la novela y cuyo fin se aproxima en cada página, hasta terminar con la vida del pobre hombre que sólo quería amor en su vida, una compañía al lado de su cama y un beso en la mejilla en cada mañana.