Resumen: Lisias, orador ateniense, vivió entre el 440 y el 360 a. de C. aproximadamente. Representa una de las cimas de la prosa y la oratoria áticas de los siglos V-IV a. de C. De él nos han llegado por vía manuscrita 31 discursos, más otros cuatro transmitidos por Dionisio de Halicarnaso y Platón, la inmensa mayoría del género judicial, abarcando causas de diverso tipo, públicas y privadas, pero también algún ejemplo de los géneros deliberativo y epidíctico, en los que no destacó tanto. En todo caso, una muy pequeña parte de los cerca de 200 que, con cierta seguridad, le atribuyeron los antiguos. Perteneciente a una rica familia de metecos establecida en Atenas en tiempos de Pericles, se arruinó durante el gobierno de los Treinta Tiranos, teniéndose que dedicar al oficio de logógrafo, o escritor de discursos judiciales a petición de clientes. Alcanzó una gran fama en su tiempo, como nos atestigua Platón en el Fedro. Dos son sus aportaciones fundamentales a la oratoria griega: su contribución a la creación de una prosa artística de estilo sobrio, aparentemente sencillo, pero elegante, desprovisto de excesiva artificiosidad y la extraordinaria capacidad de creación de una gran variedad de personajes vivos ?etopeya- como mejor instrumento retórico de persuasión.