La sociedad anónima Carlos Casado tuvo un rol fundamental en la victoria de Paraguay durante la cruenta guerra del Chaco que ese país mantuvo contra Bolivia entre 1932 y 1935. El puerto en el que funcionaba la fábrica de tanino, Puerto Casado, fue la sede del comando de la Primera División del ejército paraguayo; su ferrocarril privado, que hasta entonces transportaba madera de quebracho y tanino para ser exportados luego al mercado internacional, permitió el ingreso de las tropas hacia las zonas de fortines. La empresa fundada hacia 1860 por el español Carlos Casado del Alisal en Argentina, desplegó diversas estrategias financieras y bancarias, propició la fundación de colonias agrícolas y vías férreas, fundó pueblos al calor de la producción y exportación de cereales, y posteriormente desembarcó en el Chaco paraguayo. Allí la familia Casado se convirtió en la máxima propietaria de tierras hasta entonces fiscales y que estaban pobladas por grupos indígenas. Hoy los «casadeños» llevan adelante una importante lucha para recuperar parte de las tierras que originariamente pertenecieron a las poblaciones indígenas chaqueñas. Esta obra rastrea las redes que se movilizaron en los momentos claves y los espacios de sociabilidad que garantizaron el éxito de esta experiencia entre España, Argentina y Paraguay.