Los cuentos que conforman Las jaulas recrean mundos tan disímiles como sorprendentes, infinitos, porque encierran a su vez otros tantos de los que el lector no podrá -y sobretodo no querrá- escaparse.
"Pablo Raphael transita con suma facilidad y eficacia en mundos que otros encontramos complejos, turbios, inescrutables. Contar es, para él, un acto tan natural como la respiración", refiere Ignacio Padilla acerca del autor. Y este libro reitera dicha afirmación, a veces conteniendo el aliento, y otras con la contemplación de quien decide poner la mirada a la caza de la última exhalación.
Las jaulas, cuento que abre y que da título a esta pequeña antología, marcará el paso del lector por un mundo de ancianos que se fragmentan de una u otra manera, y cuyas historias dejan, después de la lectura, el sabor de la derrota contra el paso del tiempo, pero también el resabio de la memoria que se arroja por la boca y desaparece como vaho. Esa belleza del gusto metálico que cada mañana nos recuerda hacia dónde vamos.