Cuando las flores del mal vió la luz en 1857, levantó las tiras del gobierno francés por las supuestas ofensas a la moral que contenía. La acusación de ultraje a las costumbres desató a su alrededor una curiosidad malsana que le permitiría alcanzar tiradas inauditas en una obra poética. Sim embargo, la sentencia obligaba a retirar seis poemas de las ediciones siguientes, que no fueron recuperadas hasta 1949, y el autor y sus editories fueron condenados a pagar una fuerte multa. Carles Baudelaire (1821-1867), que había escrito esta obra con 23 años, sacudió los conocimientos de la conservadora sociedad francesa que no estaba preparada para esta colección de poemas que describen todas las experiencias humanas, desde las más sublimes hasta las más sórdidas, y que huyen de la vulgaridad y el tópico hacia terrenos tradicionalmente ignorados por la poesía como la pobreza, la vejez o la fealdad.