Retrato esmerado y emocionado de su pueblo, esta obra es un homenaje que Francisco Doña Doña hace a sus paisanos, queriendo dejar constancia en la memoria de sus calles y de su gente de todo cuanto aconteció, para que quienes no lo hayan conocido sepan cómo era la realidad rural de antaño, cómo era la vida de Yunquera.