Primero de la serie. Para el siciliano Cesare Gambrelli, la muerte de su hermana en un accidente de coche en Montecarlo sólo podía tener una explicación. La culpa había sido del adicto al juego Simon Ingram. Era una deuda de sangre que sólo podía solucionarse a la vieja usanza, vengándose.Y era la familia Ingram la que iba a pagar por su trágica pérdida, sobre todo la hermana de Simon, Robin, una belleza inglesa a la que Cesare tendría el gran placer de utilizar en su beneficio. Se convertiría en su esposa y en la madre de su pequeño sobrino huérfano y engendraría a sus propios hijos. Era esta última parte la que Cesare saboreaba con más placer.