A lo largo de sus páginas se abordan cuestiones candentes como las reválidas, la inmersión lingüística y la disgregación del sistema educativo español; los nuevos estándares y rúbricas, un sistema de evaluación enloquecido; la relación entre instrucción, cultura y valores; la necesidad de estudiar a nuestros clásicos; la engañosa fascinación por las nuevas tecnologías, o la muerte del mérito como razón última de cuanto nos pasa. Y, sobre todo, la extinción de la profesión docente, despojada de su autoridad intelectual por la burocracia y por el comisariado político-pedagógico.
La obra supone la culminación de lo que su autor, Javier Orrico, comenzó hace diez años con La enseñanza destruida (Madrid, 2005), libro pionero y crítico que obtuvo una enorme repercusión en el mundo educativo y político español.
La tarima vacía es lectura imprescindible para conocer lo que ha pasado y lo que pasa en la educación española. Nace con la vocación de intervenir en el debate abierto sobre las carencias de nuestro sistema educativo. Por ello no es, ni podría serlo, un libro tibio, pues sólo con una escritura radical se puede aspirar a remover las aguas estancadas.