"No salgas fuera, dentro de ti habita Dios". -San Agustín- José Fernández Moratiel es el poeta del silencio y no sólo el creador de la Escuela del Silencio. El silencio no es mudez, ausencia de palabras, es sobre todo ausencia de ego; el silencio verdadero, puro, de calidad, es una vida sin ego, es pura libertad. Fernández Moratiel se introduce, casi sin quererlo, en la contemplación teológico-sapiencial del hombre. Es muy consciente de que, al hablar del silencio, se cae en un sinsentido. Por eso dice que del silencio no se puede hablar; no caben palabras. Dios mismo es el que menos habla. En una única Palabra lo dice todo. A Dios no le hacen falta argumentos, ni lógica, ni deducciones, ni justificaciones. De ahí que en el libro haya ausencias de argumentos y deducciones, pero muchas intuiciones. El autor recurre a escenas bíblicas y evangélicas para ilustrar la importancia del silencio como requisito indispensable del encuentro de uno consigo mismo, en el que el silencio sería el sendero real. Y, desde esas escenas, llega a análisis sutiles de la vida misma y de la sociedad que nos rodea.