En una anterior hornada te he ofrecido Orar con un pan para cada día. Un buen amigo, después de leerlo, me decía: -Me ha suscitado muchas sonrisas, bastantes veces me hizo pensar y, con frecuencia, cuando me daba cuenta, estaba rezando-. El que así me hablaba, ya lo he dicho, era un amigo. Y se le notaba. Otros, no tan amigos, no sé lo que dirán. De todos modos, la acogida que tuvo me animó a sacar esta nueva recopilación. Y mi pretensión, con Orar con un pan para cada día, antes, y con Orar con una sonrisa diaria, ahora, es precisamente esa: ayudar a rezar y a sonreír. Si lo consigo me doy por satisfecho. Agustín Filgueiras Pita nació en Pontedeume, La Coruña. Fue ordenado sacerdote en Santiago de Compostela en 1959. Ejerció su sacerdocio durante seis años en dos pueblos. Durante otros treinta y cuatro se dedicó a la enseñanza y atención espiritual en dos colegios. Actualmente, colabora en una parroquia de la ciudad de La Coruña.