Este tercer volumen comenta los salmos pertenecientes a los libros tercero y cuarto del Salterio (Sal 73-89 y 90-106). Estos dos libros, como los dos precedentes (Sal 1-42; 43-72), finalizan con una doxología: Bendito sea por siempre Yahvé! ¡Amén! ¡Amén! (Sal 89,53), y ¡Bendito Yahvé, Dios de Israel, / desde siempre y para siempre! Y todo el pueblo diga: ¡Amén! (106,48). El autor de las doxologías es probablemente el que dividió el Salterio en cinco libros. ¿Fue arbitraria esta división? ¿Se fijó en los títulos de los salmos para establecer las divisiones? ¿Prestó acaso su atención a los contenidos y al progreso del pensamiento?La editorial Desclée De Brouwer presenta esta serie de comentarios a la Nueva Biblia de Jerusalén, con la pretensión de que ocupe el espacio abierto en el mercado de la lengua castellana entre la divulgación y la crítica científica.Ángel Aparicio Rodríguez nacido en Torquemada (Palencia), es sacerdote claretiano, catedrático de Biblia en el Instituto Teológico de Vida Religiosa, integrado a la Universidad Pontificia de Salamanca. Su tesis doctoral versó sobre el Salmo 16. Es autor de algunos libros sobre salmos, entre ellos: Los salmos, oración de la comunidad, Madrid 62004 y Salmos, Madrid 2004.