Primer poemario de Ramón López Velarde, publicado en enero de 1916 en las páginas de la Revista de Revistas, donde el autor trabajaba como redactor. El libro reúne 34 poemas con una poética "muy sorpresiva", en palabras del investigador Pável Granados, quien asegura que fue "un parteaguas para la poesía mexicana de ese momento, porque cambió completamente lo que se pensaba que tenía que ser esta apuesta, el rumbo que debía tomar".